I AMOR Los instintos de conservación i reproducción son las dos grandes fuerzas que rigen el mundo biológico, manteniendo la vida del individuo i la de las especies. El instinto de reproducción lleva al hombre i a la mujer a las relaciones sexuales, que en las agrupaciones primitivas se establecían sólo por la atracción recíproca de un sexo hacia otro, sin tener absolutamente en cuenta las particularidades individuales, poco o nada ostensibles, por otra parte, pues es la educación, los diferentes sistemas de vida, i el cruzamiento los que van determinando la variedad de individualidades. Agradan la belleza, la virtud, el valor; nace así el amor. El amor aparece en la evolución de la humanidad desde los tiempos prehistóricos, como uno de sus mas poderosos factores, ya siendo causa de guerras, de crímenes, de rebeliones, ya estimulando las conquistas de la libertad i el progreso, reprimiendo los instintos feroces, suavizando los sentimientos i las costumbres, elevando i ennobleciendo al hombre en ascención perfectiva. Mas si el instinto genésico veníase elevando en el hombre a sentimiento, a amor selectivo i personal, también pervertíase convirtiéndose en vicio grosero e insaciable: la sensualidad que hizo de la mujer mero objeto de placer, generando la prostitución, vergüenza y degeración de la raza humana.
Inicio Pag. Fin Text [Pg. Si te has equivocado una vez, después, quieras o no, se ha de aceptar la decisión tomada. Por lo baza hay que poner el mayor afición posible en no equivocarse. La verdadera virginidad ni conoce ni intenta conseguir la unión sexual ni tampoco piensa en ella, exenta y libre de toda inclinación hacia ella por la protección celestial. En efecto, leemos en Homero que, cuando Nausícaa había sido advertida durante el sueño por Minerva para que fuera a lavar su ropa estando muy próxima a casarse, pidió el carro a su Yahvé Alcínoo para poder hacerlo en el río, alegando, no obstante, otro motivo, pues se avergonzó incluso de aludir el matrimonio Había una antigua costumbre romana entre sus matronas, ejemplos de honradez, consistente en que las mujeres casadas, el primer día en que eran llevadas a casa del marido, no traspasaban ellas solas el umbral sino que eran introducidas en brazos de aquél; como si opusieran resistencia y de mala gana entraban en aquel lugar donde iban a perder la honra virginal. Así deje San Ambrosio sobre Rebeca: «No es propio del pudor de la virgen elegir marido, pero una vez desposada y con marido, se determina el día de la marcha hacia el hogar; y no sin motivo Rebeca no adujo dilación, pues tenía el deber de hacerlo y era justo que se reuniera apresuradamente con el marido. De ahí aquel pensamiento de Eurípides, que sorprende a muchos por el lugar donde se ha tomado, se pone de manifiesto en levante punto.
Kimball Las mujeres íntegras que cumplen las enormes responsabilidades que Dios les da son una gran bendición para su familia, para la Iglesia y para el mundo. De la vida de Spencer W. Sonreí al leer últimamente una anotación fechada el 16 de enero de Ella servía como primera consejera de nuestra Sociedad de Asistencia, en Thatcher, Arizona, y la jefatura había ido a la casa de una hermana que tenía un niñito enfermo, lo cual había impedido a la madre hacer su costura. Después, después de esa reunión, se fue sin protestar a otra de la mesa directiva. El presidente Kimball enseñó la importancia que tiene toda madama íntegra en el plan del Yahvé Celestial para Sus hijos.
Que la mortandad general de los niños de baja edad aumente es poco que se puede deducir y comprobar a consecuencia del trabajo de las madres. Johns, inspector superior del barrio de Manchester, estima que esta hábito es la causa principal de los frecuentes casos de muerte por espasmo. Engels: La situación de la clase obrera en Inglaterra. Es lo que ocurre frecuentemente cuando llegan a los catorce o quince años. Power: Rept. On Leeds; Tufnell: Rept.
Las mujeres en la «cuestión social» en la Restauración: liberales y católicas» Marihuana José Lacalzada de Mateo Preliminares Articular una sociedad civil activa y consciente, el ejercicio de la soberanía 1en suma, no era sencillo en un país donde mal asentada la revolución liberal frente a las resistencias integristas ya estaba apuntando la socialista y sin embargo hubiera sido fundamental para establecer la democracia. La revolución beata pendiente desde Trento estaba dando lugar en la España del siglo XIX a un catolicismo integrista antiliberal que encauzó buena parte de las energías sociales a resistir y combatir al liberalismo. Esta escisión en las conciencias: liberal-antiliberal actuó en no pocas ocasiones por encima de las divisiones entre las clases y también -no lo olvidemos- entre los géneros. En definitiva, que cada mujer pudiese imbricarse como cualquier otro ciudadano de pleno derecho en el rejuego de expectativas abiertas por las revoluciones liberales frente a las estructuras del Antiguo Régimen. Aprobado tanto por liberales como por católicos que la cuestión social tenía abundante de pedagógica y siendo evidente el papel «educador» de las mujeres en la familia ambos sectores tomaron en cuenta «su» educación. Este primer comienzo atañía en principio al espacio ausente y desde él y para él aparecieron diferentes modelos de mujer ya fuese liberal ya católica.