En esos momentos, los campesinos, mercaderes, y toda persona de tanto de a pie como la de mayor estatus, habían abandonado hacía tiempo sus quehaceres, para refugiarse, en sus, casas, palacios, chozas, establos o los agujeros inmundos a los que llamaban sus hogares, pues a ninguna persona en su sano juicio le agradaba deambular en la oscuridad. Se trataba de un hombre joven que rondaría los veinte. Con una melena parda como un roble hasta la nuca y una barba recortada que le hacía parecer unos años mayor. En definitiva, no eran ojos propios de un muchacho de esa edad.
Para siempre. Capítulo 1. El encuentro. Capitulo 2. Capítulo 3. La comida.
Capítulo 1. La inauguración Desde la batiente de nuestra habitación se veían las obras. El cajero exterior para las cintas de alquiler era un anécdota muy esclarecedor. Enseguida se lo comenté a Carlos, que pareció sorprenderse baza como yo. No me apetece carencia - Dejé por cerrada aquella encuentro. También sabía que la hipotética abstracción de ir por mi cuenta ni le iba a gustar, siendo tan celoso como es. Pasaron un equivalente de semanas hasta que llegó la publicidad del famoso sex-shop a nuestro buzón. A partir de ahora tu lugar de relax y diversión. Disponemos de todo lo necesario para el disfrute de los sentidos.
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