Encanto

El semen de los muertos

Encontrar donante semen 162004

Unas cuantas paradas, unos minutos caminando y casi estoy en la clínica de donación de semen. Dinerito contante y sonante. Una paja, un billete. Así es como lo veo yo. Durante el trayecto, los manoseo hasta que se me pega su olor a metal. El viaje en cercanías forma parte del ritual de los lunes. Si puedo, me gusta sentarme cerca de una de las puertas, en esos asientos que se levantan en cuanto quitas tu culo de encima y se estrellan contra el respaldo dando un golpe fuerte. El sonido me recuerda a cuando de pequeños íbamos al cine y las butacas se plegaban de la misma manera. Porque nunca sabes con quién vas a coincidir.

Republish Un hombre espera la llegada del médico y el tiempo se le agota. Se frota las manos y los brazos con jabón y se pone los guantes. Su asistente hace tintinear el instrumental esterilizado y los envases llenos de fluidos en una mesa de acero inoxidable. El ambiente es fresco y huele a antiséptico. Preparado para la cirugía, el facultativo se sienta junto al paciente. Se detiene un momento para fijar una imagen en su mente y después hace una incisión en la badana hasta que aparecen las capas exteriores del órgano.

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